jueves, 24 de abril de 2014

MUZI V NADEJI (MEN IN HOPE)

POR RAY

Si algo ha quedado claro en “Devoradores 2: Electric Boogaloo”, ese podcast en el que el creador de este blog y yo tenemos el gusto de participar, es que “la HBO tiene el poder”.

Pues bien, hace poco me enteré de que la HBO se dedica a producir películas por esos mundos de Dios. Y así dí con esta comedia checa de 2011 dirigida por Jiri Vejdelek.

Ondrej (el actor y cantante Jiri Machacek) es el paradigma de hombre gris y apocado. Casado y con un hijo, su bella mujer Alice (Petra Hrebickova) parece que sólo está interesada en tener la parejita; además ambos son dueños de un restaurante que no va nada bien y del que Ondrej no se siente jefe porque siempre ha querido ser chef.



El suegro de Ondrej es Rudolf (Bolek Polivka) un diseñador de montañas rusas jubilado que echa horas como taxista y que tiene una extraña y discutible teoría sobre como las infidelidades (se ha pasado toda la vida engañando a su mujer) fortalecen el matrimonio; cree tanto en su teoría que anima a Ondrej a ponerla en práctica. Éste se sorprende de que a su suegro le dé igual que su hija se convierta en una cornuda de campeonato.

Una noche están ambos jugando al billar, cuando aparece en escena alguien que cambiará la vida de Ondrej y que elevó mi interés por esta película hasta límites insospechados. 



Esta mujer sencillamente espectacular es Sárlota (Vica Kérekes, la Christina Hendricks eslovaca), una conocida de Rudolf que va por la vida provocando esguinces de cuello porque está muy buena, y lo peor de todo es que lo sabe. Sárlota se pone a jugar al billar y al darse cuenta de que el pelo le cae sobre los ojos, opta por utilizar sus bragas de coletero. Eso y su manera de darle tiza al taco hacen que Ondrej despierte de su letargo (y quién no).


Ondrej acaba cayendo más pronto que tarde en la tentación. Mientras, las bragas-coletero de Sárlota servirán, de forma indirecta, para descubrir todas las infidelidades de Rudolf. Éste está a punto de conseguir el perdón de su esposa cuando ella muere atropellada.

La vida de Ondrej va a mejor. Lleno de autoestima, ha cogido el toro por los cuernos (con perdón de Alice) de su restaurante y ejerce como chef con resultados satisfactorios. Tres veces a la semana se va a jugar al tenis con un amigo (que es la coartada para sus encuentros con Sárlota. Las cosas se complicarán cuando la pelirroja quiere acercarse más a Ondrej (por decir algo). 


Poco a poco vemos que nadie es fiel a nadie. Ni siquiera Alice. Aunque esta infidelidad se vea bastante forzada para justificar el desenlace de la peli y para que no juzguemos a Ondrej con demasiada dureza.

“Muzi v Nadeji” es una comedia de infidelidades bastante típica en su planteamiento y en su desarrollo. Apoyada en la química existente entre los dos protagonista masculinos, Rudolf es un mujeriego libertino y vividor y Ondrej es un tipo seco y hierático; una especie de Will Forte checo al que envidiamos porque se está follando a dos bellas mujeres pero no sabemos ni comprendemos cómo ha logrado tal hazaña. 



Curiosamente la película logra transmitir mejor los momentos tristes que los alegres. Especialmente el pasaje en el que a Rudolf le comunican la muerte de su esposa y los días posteriores a la tragedia están bien llevados por Bolek Polivka; pasar de mujeriego a sentido viudo y que te transmita cierto rechazo y pena respectivamente es un gran trabajo de actor.

Vejdelek también sabe que la otra gran (más bien grandes) baza que tiene es Vica Kérekes. Durante toda la película trasmite explosividad y sensualidad a raudales, incluso hay un escena de baile en una academia (se supone que ella se dedica al baile) totalmente gratuita y que sólo existe para que la veamos brincar, contonearse, sudar y que la ley de la gravedad haga el resto.

En definitiva, “Muzi v Nadeji” es una película que se deja ver pese a que cuenta una historia mil veces vista. Quizá le sobra algo de metraje (la comentada escena de baile y la trama del amante de la también infiel –como no- esposa de Rudolf) porque una hora y cincuenta minutos se me antoja excesivo para contar lo que cuenta; pero demuestra que por el centro de Europa también se hacen buenas películas.


La escena final, con Rudolf encontrando la manera perfecta de reconciliarse y honrar a su fallecida esposa, es brillante. Un final perfecto para una buena película sin más.


3 comentarios:

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    1. me gusto, no creo que a alguien le importe pero yo dejo mi comentario ninja aqui.

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