POR RAY
Como todas tenían el denominador común de ser
basuras infectas me he decantado por esa “joyita” de la inimitable "Filmark" que
se llama “Robovamp” (Joe Livingstone, 1988).
En primer lugar, Joe Livingstone no es más que un seudónimo de Godfrey Ho, un
verdadero superviviente de la caspa “made in Hong Kong”. Ho, se adaptó bien al modus operandi de la Filmark que no era
otro que, rodar media hora de metraje original, coger (o sea, robar) una peli
tailandesa, coreana o indonesia que luego redoblaban al cantonés para tratar de
dar continuidad a la “historia”, afanar la banda sonora de alguna película de
éxito y diseñar una carátula guapa para engañar al pobre asiduo al videoclub.
“Robovamp” utiliza todos y cada uno de estos
pasos. La película cuenta como unos mafiosos utilizan vampiros chinos (de esos
con bigote largo y coleta, que andan dando saltos con los brazos estirados)
para traficar con droja; como los
vampiros chinos no se pueden reanimar así como así necesitan a un monje taoísta
para animarlos y controlarlos. La mayor creación del taoísta es un vampiro
chino convertido en mono, pero se encontrará con la oposición de una bruja
fantasma que llega del más allá con un vestido de gasa.
La poco atractiva bruja y el taoísta pelean
del tal forma que del suelto saltan chispas, hasta que irrumpe el vampiro chino
simiesco y corta la pelea. En un giro de guión que se descojona en la cara de
“El gabinete del Dr. Caligari” y “El sexto sentido” al mismo tiempo, el
vampiro-chino-mono reconoce a la bruja fantasma como su gran amor imposible en
vida. El taoísta y los mafiosos convienen en casarlos en un matrimonio más paranormal
que el de la Duquesa de Alba y así tener a ambos del lado del mal.
El taoísta y unos esbirros armados son
perseguidos por la Interpol (que visten como militares, como los agentes de la
CIA de “Made in ChInA” de John Liu) y es aquí cuando aparece nuestro Peter
Weller de garrafón. Viéndose derrotado, el taoísta invoca a sus vampiros (el
vampiro-mono incluido) para escapar. Es el vampiro-mono el que mata a nuestro
héroe quemándolo con unas chispas de bengala de a 0,20 céntimos que salen de
sus mangas.
El soldado muere en
un hospital cutre con una maquinaria más cutre todavía (un aparato con unos
ecualizadores y dos pantallas con el símbolo + y -). Total, que la luz del + se
apaga y se enciende la del -; señal inequívoca (supongo) de que ha fallecido.
En menos de un minuto, un tipo con barba coge un taladro y un soplete, tunea al
finado y la máquina pasa otra vez del – al +. Entonces vemos el resultado de
tanta gilipollez.
Mediante esa magnífica técnica de montaje que
es cortar el celuloide a mordiscos y pegarlo con un escupitajo nos cuelan la
parte afanada. En este caso es una cinta tailandesa de narcoguerrillas en la
jungla protagonizada por el gran Sorapong Chatree. Un comando chungo irrumpe en
una iglesia donde hay escondida droja y
se llevan secuestrada a una rubia bastante guapa.
En una oficina, un trajeado le habla a un
militar claramente occidental para planear el rescate de la rubia, foto
incluida. Cuando el militar coge la foto y la mira, vemos a la rubia pero por
la magia del cine de la Filmark ahora la foto la sujeta Chatree, que es un
mercenario que acepta a llevar a cabo el rescate.
El truco de magia no es otro que,
aprovechando que en la peli tailandesa Chatree sujetaba una foto en una escena,
Ho grabó una escena con el otro tipo sujetando una foto para unir ambos
metrajes. ¡Toma continuidad del montaje, si es que Eisenstein era un mierda!
A partir de aquí, alternamos las aventuras de
Chatree con las de Robovamp. Especialmente antológica es la escena de la
emboscada en la playa, donde nuestro ¿robótico? héroe tiene que luchar contra
cuatro vampiros pero tras derrotarlos los villanos le prenden fuego mediante un
lanzagranadas.
Mientras Robovamp pasa por chapa y pintura a
Chatree le da tiempo a guerrear por ahí con sus mercenarios y a ligar con una
thai que se estaba bañando en bolas en el río. A todas estas, el taoísta va a
oficiar la boda paranormal pero Robovamp revienta su noche de amor desatando la
ira de los contrayentes, no sin antes teniendo un flashback sobre sus propios
recuerdos amorosos que no nos interesan un carajo. La bruja y Robovamp inician
una pelea con final confuso, como toda la peli, vamos.
A todo esto, Chatree y su ligue han sido
secuestrados por la narcoguerrilla pero pronto son liberados y se inicia una
batalla campal entre ambos bandos que culmina con la liberación de la rubia de
la foto y la voladura de la base de los villanos.
Pero queda el enfrentamiento final entre
Robovamp y los vampiros sueltachispas. Nuestro héroe debe ser el único
representante de la ley que amenaza contando hasta quince, lo que da tiempo a
los vampiros a rodearle. Logra deshacerse de ellos pero tiene que dar caza al
vampiro-mono, que está aterrorizando a la ciudad. Mientras, la bruja se revela
contra el taoísta y tras una pelea patética con pechos al aire incluidos la
bruja muere. El porqué del cambio de opinión de la bruja sigue sin tener
explicación, al menos para mí.
En un callejón, Robovamp se encuentra con el
taoísta, el vampiro-mono y más vampiros chinos. Tras otra pelea de vergüenza
ajena, nuestro héroe se acuerda de que su inseparable escopeta tiene función
“lanzallamas”, acaba con todos y FIN.
“Robovamp” es un claro ejemplo de cómo unos
desalmados sinvergüenzas metidos a productores y directores pueden ofrecernos
un producto tan descojonantemente divertido como contraproducente para nuestra
salud mental. Con dos pelis diferentes unidas por una foto, banda sonora
chorizada de “La armadura de Dios” y bastante ventajismo se puede hacer un
producto nuevo y que daría lugar a dos películas más sobre Robovamp: “El diablo
de la dinamita” y “Contraespionaje en la selva”
Tampoco se podía esperar menos de Godfrey Ho
y el productor Tomas Tang, fallecido en un incendio y del que no hay constancia
alguna de su existencia. De hecho, hay mucha gente que piensa que Ho y Tang era
la misma persona y que el primero fingió la muerte del segundo para ocultar
algo chungo. Pero eso, es otra historia.
Excelente artículo. Te felicito.. Me hicistes el día
ResponderEliminar