Tras la más que correcta “La
chispa de la vida” (2011), uno de
nuestros mejores directores patrios vuelve a la carga con una nueva
propuesta fílmica. Su undécima película tras la cámara nos devuelve al Alex de
la Iglesia más burro y salvaje, aquel al que nos tenía acostumbrados en sus
inicios (sirva de ejemplo “Acción Mutante” o “El día de la bestia”).
En esta ocasión, tras un
trabajo de encargo, vuelve a formar pareja en labores de guionista junto a su
inseparable Jorge Guerricaecheverría. El resultado es un guión donde lo
grotesco, el humor negro y lo terrorífico se dan la mano, todo ello sazonado
con grandes dosis de mala uva (detalle
marca de la casa) y unas gotas de Grand Guignol.
Dos ladrones de poca monta
dan el que creen el golpe de su vida, pero las cosas no salen como ellos habían
planeado y huyendo de la policía terminan llegando a un lejano y recóndito
pueblo donde se verán envueltos en sorprendentes sucesos paranormales.
Al frente del reparto
encontramos a Hugo Silva y Mario Casas, dos de los actores españoles más
deseados dentro del panorama cinematográfico español. Detalle que seguramente
frenara a más de uno (entre los que me encuentro) a la hora de ver la película,
gracias a dios el poder de llamamiento del gran Alex supera cualquier cosa. Una
vez comenzada la cinta logran hacernos olvidar esos iníciales prejuicios, gracias
a la simpatía que destilan sus personajes que se complementan a la perfección. Destacando
el personaje encarnado por Mario Casas, un musculitos zumbado y con mentalidad
inferior a la de un niño de 3 años.
Comandando este escuadrón de
brujas encontramos a unas excelentes Carmen Maura y Terele Pávez, secundadas
por una correcta Carolina Bang (tras su horrible interpretación en la delirante
“Balada triste de trompeta”) y una fugaz María Barranco. No podemos olvidarnos de el gran Javier Botet al
que por fin podemos ponerle cara tras numerosos trabajos terroríficos (“Rec”,
“Mama”, etc.) sepultado bajo kilos de maquillaje y prótesis de látex.
La escena del robo y la
posterior persecución es una de las escenas más espectaculares del cine español
de los últimos diez años. Demostrando el pulso y la energía que posee Alex de
la Iglesia para rodar vertiginosas escenas de acción.
Los efectos digitales dan la talla durante sus 112 minutos, donde son capaces de mostrarnos brujas escalando por las paredes, caminando por el techo, volando en sus escobas u otros detalles que no conviene revelar. Para estar realizados en nuestro país no desentonan en ningún momento.
Pues a mi la pelicula me parece entretenidisima y para reirse un buen ratillo,puede que no sea una de sus mejores peliculas, pero el papel de Carmen Maura para mi aunque la pelicula no fuera buena ya la habria salvado.
ResponderEliminar